A los pies del Cerro Matambo se encuentran los cultivos de cacao más antiguos y biodiversos del país. Un grupo de inquietos productores de la región trabaja con Cacao Disidente para preservar estos árboles centenarios.
“Sus notas de flor de Jamaica y de flores violetas se combinan con notas de uchuva y uva madura, dejando un aroma a pimienta negra y tabaco”.
En todo el pie de monte del Parque del Nudo del Paramillo y bordeando la cuenca del Sinú, pequeños productores cultivan delicadas variedades aromáticas. Su juicioso trabajo comunitario, no solamente produce un cacao delicioso para el mundo sino que crea múltiples beneficios colectivos en la región.
“Matices de notas de durazno, zapote y níspero maduro abrazan una rotunda nota dulce de avellana tostada.”
En Arauca se vive una gran tradición cacaocultora y Don Miqueas fue uno de los pioneros. Las variedades locales y el meticuloso beneficio del grano le dan a este cacao un sello aromático característico.
“Una chispa cítrica de cáscaras de mandarina abre el telón para dejar espacio a notas de frutos rojos, almendras y un delicado aroma de flores”.